A 100 años de su muerte, la gente todavía deja regalos en la tumba de este perrito
¿Puedes creer que un perrito sea tan querido y famoso que la gente no lo olvida a pesar de que han pasado 100 años de su muerte? Te contamos la historia de Rex
A 100 años de su muerte, la gente todavía deja regalos en la tumba de este perrito - Fotografías: The Green-Wood Cemetery en Facebook
The Green-Wood Cementery, un cementerio ubicado en Brooklyn, Nueva York, es el lugar de eterno descanso de muchas personas famosas: artistas, músicos, políticos, soldados, entre otras figuras prominentes de la cultura estadounidense. Pero entre sus filas de monumentos y criptas, una destaca en particular porque no se trata del sitio para honrar a una persona, sino a un perrito: es la tumba de Rex.
También te puede interesar: La tumba de la fidelidad: la historia del perrito que nunca dejó sola a su dueña
La estatua de este perrito, hecha de bronce, muestra a un can sentado sobre una plataforma de piedra, que está grabada con su nombre. Rex, en posición de guardia, toda vigila la parcela de su propietario desde la esquina de las avenidas Sycamore y Greenbough. Y la gente no lo ha olvidado, a pesar de que murió hace más de 100 años.
A Rex lo conocen como el "Hachiko estadounidense"
Se cree que Rex era la mascota de John E. Stow, un comerciante de frutas de Nueva York. Rex habrá muerto en 1884 y desde entonces, la gente que pasa por el cementerio recolecta palos y ramas de los árboles para dejárselas en su monumento, como un regalo. Su lugar de último descanso se encuentra cerca de un árbol, entonces es fácil para muchas personas tomar una vara y colocarla cerca de sus garras, como si estuvieran saludando al espíritu del perrito.
A Rex lo conocen como el “Hachiko estadounidense” porque su monumento simboliza que amó a su dueño profundamente y para siempre. Sucede que descansa junto al cuerpo de John E. Stow. Entonces, fueron compañeros incondicionales en vida, y siguen siéndolo después de la muerte, al menos eso creen los locales dada la ubicación de sus tumbas.
Es un lugar emblemático, porque muchas personas acuden al monumento de Rex a rezar por sus propias mascotas fallecidas. Incluso se dicen que le piden favores, y a cambio le dejan una vara de madera.
También te puede interesar: Conoce la triste historia de Hachiko, el perro fiel, a 86 años de su muerte
Recientemente el cementerio se convirtió en un destino popular para aquellas personas que buscaban un refugio pacífico donde pasar el rato durante la pandemia por Covid-19. De manera inesperada, la colección de varas de madera de Rex comenzó a aumentar, por lo que su historia se hizo viral en redes sociales. Así, se recuerda a un peludito que sigue siendo parte de la comunidad, después de dejar la Tierra.